Materiales:
Un huevo blanco
Un plato de cristal
Un vaso de cristal
Celofán
Una aguja
Un peso
Una cinta de medir
Un cuaderno
Linterna
Primer paso:
Lo primero es analizar en huevo, para ello en el cuaderno lo dibujamos, vemos como es, tomando medidas con la cinta de medir y lo pesamos.
Segundo paso:

Después de explorar el huevo, le hacemos un pequeño agujero en la parte superior y otro en la inferior, para vaciar el huevo en un vaso de cristal. Como el agujero es pequeño, para sacar la yema y la claro, soplamos por el agujero de arriba.
Tercer paso:
Ya vació el huevo, rompemos la cascara del huevo en trozos, es interesante ver como se rompe y aunque intentes romperlo de una forma se termina rompiendo por otro lado.
Cuarto paso:

Teniendo todos los trozos de huevo en un plato, empieza el momento de la reconstrucción, para ello cortamos trozos de celo, resulta difícil y reconstruyendo el huevo e intentar q tenga la forma original, es interesante observar que aunque no tengas mas trozos, en el huevo siguen quedando agujeros.
Quinto paso:
Ya reconstruido el huevo, intento volver a introducir la yema y clara dentro. Como tiene tantos agujero, pongo una tapa de plástico debajo, para recoger todo lo que se escapa por las aberturas. Es divertido como mientras volvemos a introducir la yema y clara, a la vez se escapa como si fuera una pequeña fuente.
Mi intención al final del proceso, era volver a convertir, aquello que había destruido, en un huevo. Ante la imposibilidad de hacer eso mi resultado era poder ver aquello que la cascara de huevo tiene dentro, aquello que parece escondido.